Hogar. ¿Qué significa esta palabra? ¿Por qué todos anhelan uno? Para los migrantes, la posibilidad de tener uno o incluso la idea de imaginárselo es casi nula.

Todo empezó con los nómadas, cuyo objetivo era alcanzar la mejor calidad de vida posible al trasladarse de una zona a otra con prontitud y ligereza. Su único propósito era sobrevivir a las adversidades del clima y encontrar un lugar donde estar seguros. Este impulso de sobrevivencia era para ellos tan común como hoy es tomarse una taza de café por la mañana. Sin embargo, vivimos en un mundo cambiante donde nos vemos obligados a adoptar acciones que van en contra de nuestro criterio solo para acercarnos a la idea de un hogar.

Así empieza la historia de un hombre de tez negra llamado Juan Rodríguez, nacido en República Dominicana y llevado a España, donde era esclavo de una familia adinerada. Tan pronto como pudo, zarpó en un barco holandés hacia el río Hudson, donde actualmente se encuentra la ciudad de Nueva York (Estados Unidos). Allí comenzó su exhaustiva búsqueda de un hogar, y finalmente lo encontró junto a la tribu Lenape, originaria de Oklahoma. Por falta de evidencias, no sabemos con certeza cómo termina su historia.

Sin embargo, sabemos que la vida de Juan Rodríguez no fue en vano, ya que participó en una batalla naval para impedir la colonización de la tribu Lenape, lo que le permitió sentir la palabra "hogar" como propia. Hoy en día, una de las calles más concurridas en Broadway (Nueva York) lleva su nombre.

Ahora que sabemos algo más sobre Juan Rodríguez, me gustaría compartir que, al igual que su relato, hay millones de personas en todo el mundo buscando que sus historias sean contadas, para dar a conocer cómo se sienten la frustración, el agobio, la tristeza, la desesperanza y la confusión. Son seres humanos que buscan narrar sus vidas para que los comprendan desde la solidaridad y el humanismo.

¿Saben cuál es el cálculo de la población migrante? Representa alrededor del 3,6% de la población mundial, es decir, 281 millones de personas en el planeta que no conocen del todo la palabra hogar. Quisiera poder darle un final feliz a esta crónica, pero no sería posible, ya que la historia continúa.

¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI nos interesen más las noticias sobre moda, redes sociales o los viajes de los famosos? ¿Por qué no nos interesa lo suficiente ver la otra cara de la moneda: los más de 3700 migrantes que fallecen al día tratando de escapar de sus países en balsas, en las cuales no caben sus sueños ni sus esperanzas, navegando por océanos inciertos que terminan cobrando sus vidas?

Esto no solo ocurre en el vasto cuerpo de agua, sino también en aeropuertos, fronteras, caminos y estaciones de tren, mientras un flujo de personas de diferentes etnias, raíces y culturas se embarca en un viaje por diversas razones, pero con un sueño en común: imaginar lo inimaginable en la búsqueda de un hogar.